Venustiano Carranza: convocó al Congreso Constituyente, 1916. En febrero de 1916 este político mexicano fijó la residencia de los poderes federales en Querétaro. Mientras se encontraba en Veracruz, Carranza expidió varias leyes:
Ley de Restitución y Dotación de Ejidos.
Ley de Municipio Libre.
Decreto para la desaparición de las tiendas de raya.
En febrero de 1917 promulgó la Constitución que actualmente rige la vida de la nación. Fue el primer presidente en ejercer la Constitución de 1917, y a él correspondió experimentar los límites y alcances de la nueva Carta Magna, sus aciertos y contradicciones. Entre las principales dificultades del nuevo régimen se hallaban las presiones estadounidenses en torno al artículo 27 de la Constitución, ya que las compañías petroleras de dicha nación pugnaban porque no las afectara la aplicación de la nueva ley constitucional.
Carranza se encontró ante una grave crisis económica: huelgas, enfrentamiento con las compañías petroleras y mineras por el aumento de impuestos, ausencia de créditos del exterior e inflación, producto de las emisiones monetarias de los años previos. La corrupción se generalizó entre los funcionarios; desde entonces “carrancear” es sinónimo de robar.
En el panorama de la Primera Guerra Mundial, sistemáticas actitudes del presidente norteamericano Woodrow Wilson ante la legitimidad del gobierno carrancista, influyeron decididamente sobre la negativa de México para aceptar una alianza con el gobierno alemán, según lo estipulaban las propuestas del conocido Telegrama de Zimermann. Carranza sostuvo la postura de neutralidad mexicana en un conflicto entre países cuyos intereses eran formalmente ajenos a México.
Casi al concluir el periodo constitucional de cuatro años del presidente Carranza, Álvaro Obregón y el grupo sonorense (Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles y otros) desconocieron mediante el Plan de Agua Prieta al gobierno de Carranza, quien, sin embargo, obtuvo apoyo de casi todas las fuerzas armadas. Venustiano Carranza partió en retirada hacia Veracruz, donde se proponía resguardar al gobierno federal, pero fue asesinado en el paso de Tlaxcaltongo, Puebla. Se estableció entonces el gobierno provisional en manos de Adolfo de la Huerta.
Álvaro Obregón empezó por entablar un diálogo incluyente con los sectores obrero y campesino, a los que puso bajo la hegemonía presidencial, clave para el futuro del modelo corporativista mexicano. Ante las presiones estadounidenses por la no afectación de sus capitales en México, Obregón supo negociar el reconocimiento de su gobierno con la firma del Tratado de Bucareli en 1921. Así, a cambio de dicho reconocimiento internacional, México se comprometía a respetar la posesión del petróleo mexicano en propiedad de inversionistas estadounidenses.
La fundación de la Secretaría de Educación Pública y el nombramiento de José Vasconcelos al frente, fueron acertadas disposiciones de Obregón para impulsar el nacionalismo y para atraer intelectuales que construyeron una ideología revolucionaria inspirada en la raza, las luchas históricas y las clases populares. José Vasconcelos fundó escuelas técnicas rurales y bibliotecas, editó libros de cultura universal al alcance de sectores populares y promovió las artes, entre las cuales destaca el muralismo de los grandes pintores mexicanos. Así se advierte, en el movimiento muralista de este régimen, a artistas como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.
Por otro lado, Álvaro Obregón se endureció con sus opositores; se sabe que ordenó el fusilamiento de Francisco Murguía y se rumora que además ordenó el asesinato de general Lucio Blanco, así como el de Francisco Villa, por considerarlos peligrosos La oposición expresa del senador Fidel Jurado contra el Tratado de Bucareli, también fue motivo de que Obregón lo exterminase. Ante estos hechos brutalmente represivos, José Vasconcelos, secretario de Educación Pública, renunció a su cargo público.
En 1924 la sucesión presidencial dividió nuevamente al grupo gobernante: Obregón sostuvo su apoyo al general Plutarco Elías Calles pero Adolfo de la Huerta, entonces secretario de Hacienda, se levantó en armas en diciembre de 1923. Pero en un lapso aproximado de dos meses, el presidente Obregón logró someter y ejecutar a los rebeldes sublevados. En 1924 se celebraron las elecciones. El Congreso declara triunfador a Plutarco Elías Calles.
El régimen de Plutarco Elías Calles representa una etapa de incipiente institucionalización de la Revolución, signada por sus afanes civilistas. Calles estableció varias comisiones para imponer un orden político-económico orientado a la inversión, por lo que consolidó las finanzas públicas con la creación de la Comisión Nacional Bancaria, la Comisión Agraria y la Comisión de Caminos. En septiembre de 1925 inauguró el Banco de México, institución a la que Calles confirió el monopolio de la emisión de billetes y mediante la cual fue posible un mejor aprovechamiento de los recursos financieros nacionales bajo la rectoría del Estado.
El Banco de Crédito Agrícola y las obras de irrigación en el campo fueron aspectos vigorosos en la política económica de Calles. Los avances económicos fueron contrarrestados en 1926 por el descenso a nivel mundial del precio del petróleo, debido a la sobreproducción.
Para fortalecer el modelo de Estado laico, el general Calles decidió reglamentar los artículos 3o. y 130 de la Constitución. La política anticlerical de Calles, en parte auspiciada porque la Iglesia estaba desconociendo los preceptos constitucionales, y en parte como una actitud radical del propio Calles, devino en un levantamiento armado que el clero impulsó a partir de 1926, al sentir amenazados sus intereses. La revolución cristera se extendió por Jalisco, Colima, Michoacán, Guanajuato, Zacatecas, Querétaro y Aguascalientes, principalmente, y tuvo un impacto nacional con severas consecuencias para la estabilidad y para el modelo corporativista que había empezado a establecerse como estrategia del Estado revolucionario.
Hacia 1928 los seguidores de Obregón lograron que se modificaran los artículos 82 y 85 de la Constitución para permitir que por segunda vez Álvaro Obregón aspirase a la presidencia de la República. La reelección obregonista suscitó nuevas contiendas y rivalidades nacionales. No obstante, en junio de 1928, el congreso declaró legal la reelección de Obregón, a quien se proclamó como presidente electo. Poco antes de asumir la presidencia de la República por segunda ocasión, Álvaro Obregón fue asesinado por Rafael del Toral durante un banquete de celebración realizado en San Ángel, al sur de la capital.
Al morir Obregón, el general Calles se convirtió en el jefe máximo de la Revolución. Así, en marzo de 1929, Calles fundó el Partido Nacional Revolucionario (PNR), —actualmente Partido Revolucionario Institucional, PRI— como un medio para organizar y controlar las diversas fuerzas políticas en México. Calles se autonombró presidente del partido y desde ese escaño ejerció un estratégico control del Estado, de varios presidentes como Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez, así como de los organismos gremiales de trabajadores y de la vida política de la nación. Se conoce como Maximato a este periodo político en el México contemporáneo, entre 1929 y 1934.
Emilio Portes Gil asumió el mando de la nación en condiciones sumamente adversas en el año de 1929. Si se analizan los logros de Portes Gil entre diciembre de 1928 y finales de 1929, se puede entender que la creación del PNR fue la clave para impulsar un diálogo con los representantes de la Iglesia católica para poner fin a la revolución cristera, consolidar la autonomía universitaria (fundación de la UNAM en 1929), pacificar al país y convocar a elecciones extraordinarias que facilitaron la sucesión presidencial, sin crisis ni acciones militares graves. Sin embargo, José Vasconcelos sostuvo una campaña de oposición por la presidencia, y posteriormente encabezó el Plan de Guaymas, por considerar que se había perpetrado un fraude electoral, al proclamarse el triunfo de Pascual Ortiz Rubio. En realidad, desde el PNR, Plutarco Elías Calles, el jefe máximo, dirigía las principales medidas políticas del país.
Bajo la presidencia de Ortiz Rubio se estableció el Código del Trabajo y se adoptó la Doctrina Estrada para definir la política internacional de México a favor de la libre autodeterminación de los pueblos. El Estado impulsaba estas medidas que expresaban su capacidad soberana. No obstante, la institución presidencial aún no contaba con toda la fuerza característica del presidencialismo mexicano. Fue a partir del mandato presidencial del general Lázaro Cárdenas que la presidencia de la República se convirtió en un verdadero poder de Estado. Se sabe que la presidencia de la nación se hallaba manipulada por el “jefe máximo”, lo cual resultó evidente en 1934, cuando Pascual Ortiz Rubio se vio orillado a renunciar a su cargo, pues el general Calles no lo dejó nunca actuar por cuenta propia. El Congreso (Calles en realidad) nombró entonces presidente provisional al general Abelardo Rodríguez (septiembre de 1932 a diciembre de 1934).
Abelardo Rodríguez emprendió la fundación de la Nacional Financiera, la expedición de la Ley del Salario Mínimo y la fundación del Departamento Agrario. Al mismo tiempo, el PNR instrumentó el llamado Plan Sexenal, mediante el cual se fortaleció plenamente al Poder Ejecutivo y se amplió su mandato a seis años. Así, el beneficiario de esta nueva estrategia política fue el general Lázaro Cárdenas, quien quedó postulado por el partido como candidato presidencial para el periodo 1934 -1940.
Con el general Lázaro Cárdenas inicia el presidencialismo en México:
A través del Plan Sexenal, Cárdenas integró al interior del PNR a la base sindical organizada de la Confederación de Trabajadores de México, CTM, fundada en 1934 por Vicente Lombardo Toledano, y a las agrupaciones campesinas (CNC). Fue el inicio de la política corporativista, misma que permitió consolidar la estructura política de México en lo sucesivo. Además el general Cárdenas recibió un apoyo indiscutible de las fuerzas armadas de la nación. Cárdenas se posicionó como líder del partido y como el dirigente de la nación dispuesto a cumplir con las grandes demandas de la Revolución. En estas condiciones, Plutarco Elías Calles, el jefe máximo, no pudo imponer su voluntad sobre el presidente Cárdenas, por lo que se retiró al exilio en 1936. Lázaro Cárdenas estimuló el fomento agrícola a favor de ejidatarios y comuneros a través del Banco Nacional de Crédito Agrícola y del Banco Nacional de Crédito Ejidal. Puso en práctica el mayor reparto agrario de la historia y estableció al ejido colectivo como patrimonio campesino, afectando a grandes latifundios en la Comarca Lagunera, el Valle del Yaqui, la zona henequenera de Yucatán, Mexicali y Michoacán. Aunque estas medidas resultaron muy populares, impactaron la capacidad productiva agrícola parcialmente. Cárdenas se propuso convertir a México en un país socialista. La reforma al artículo 3o. constitucional, sustituyó el término “Educación laica” por “Educación socialista”. Y en 1937, se fundó el Instituto Politécnico Nacional (IPN), para consolidar una educación laica y tecnológica de orientación socialista. En este mismo contexto, la presidencia de Cárdenas ordenó la creación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En 1937 el presidente Lázaro Cárdenas expidió la Ley de Expropiación Ferrocarrilera y puso en manos de los trabajadores mexicanos la industria ferroviaria.
Una de las más trascendentales y sobresalientes acciones de este militar y político mexicano, fue la nacionalización de la industria petrolera, con la que arrebató a las compañías estadounidenses el control de los hidrocarburos mexicanos al fundar Pemex en 1938, acción semejante a la nacionalización de la industria ferrocarrilera y la construcción de presas como la Angostura en Sonora y el Palmito en Durango.
Debido a la sobreproducción mundial de petróleo, a la recesión en Estados Unidos y a la caída de los precios del hidrocarburo, las compañías estadounidenses estaban al borde de la quiebra. Con el petróleo bajo control del Estado, surgieron nuevos retos como el desarrollo de una infraestructura nacional competente, una recapitalización de la industria petrolera. Pero era necesario evitar el control burocrático del petróleo, el desvió de fondos y la corrupción en el manejo de los recursos petroleros de la nación. En el contexto económico internacional de esa época, los beneficiados con la expropiación de las compañías petroleras en México, fueron las compañías petroleras estadounidenses, a las que se les pagó dos dólares de indemnización por cada dólar invertido. De competidor petrolero, México se convirtió en cliente del gobierno estadounidense. El sector petrolero mexicano pasó a depender técnica y financieramente de Estados Unidos. La expropiación de las compañías petroleras por el general Lázaro Cárdenas se convirtió en un asunto polémico ante la opinión pública y los sectores de la producción, trabajadores y empresarios. El decreto expropiatorio, según José Vasconcelos, fue sometido para su aprobación antes de ser dado a conocer públicamente en México, La transformación del PNR en Partido de la Revolución Mexicana en 1939, representó otra hábil maniobra política que fortaleció al partido de Estado. Para contrarrestar al gobierno socialista de Cárdenas, en 1939 nació el Partido Acción Nacional (PAN) y la Unión Nacional Sinarquista. La configuración política partidista en México se remonta a finales de los años treinta y representa una marcada oposición entre la izquierda y la derecha.
Con Manuel Ávila Camacho se inició un auge económico industrial de enorme crecimiento interno, conocido como el modelo de sustitución de importaciones. México desarrolló su economía gracias al papel del Estado que estableció aranceles a las importaciones y subsidios a favor de la inversión nacional. En México se establecieron agrupaciones de empresarios como la Concanaco, la Coparmex y la Concamin, las cuales ejercieron una contrabalanza frente al poder gremial de la CTM. El apoyo a la clase empresarial ejercido por la presidencia de Ávila Camacho se complementó con políticas de beneficio social. En materia de salud pública se decretó la fundación del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, y en educación se impulsó un programa nacional de alfabetización.
En 1942 el presidente Ávila Camacho declaró la guerra contra las potencias del Eje, por la agresión de submarinos alemanes contra dos embarcaciones mexicanas en aguas territoriales del golfo de México. Una medida inmediata decretada por el presidente Ávila Camacho fue la implantación del servicio militar obligatorio, además de disponer de tropas que apoyaron las acciones militares de Estados Unidos en el Pacífico, con el Escuadrón 201. La guerra impulsó la economía de México, la industria nacional creció 38% ante la escasez de algunos productos importados y la demanda internacional de otros.
En 1946, el PRM fue transformado en el Partido Revolucionario Institucional, PRI. Se eliminó al sector militar como parte de las bases partidistas y se consolidó la unidad nacional. (Manuel Ávila Camacho fue el último presidente militar de este siglo; excluyó a los militares de la sucesión presidencial). El PRI supo mantenerse como partido hegemónico al acaparar los tres poderes de la federación y el control político electoral del gobierno federal y de las 32 entidades federativas. El priísmo ejerció desde 1946 un verdadero monopolio del poder con base en la unidad nacional.
La figura del presidente Miguel Alemán gozó de gran prestigio bajo las modalidades del priísmo y del modelo económico tan exitoso iniciado por su predecesor. Las principales acciones de Miguel Alemán giran en torno a una infraestructura industrial favorecida por una vigorosa participación del Estado en la construcción de presas hidroeléctricas, carreteras y sistemas de irrigación agrícola. La recaudación fiscal en esta época fue especialmente complaciente con la iniciativa privada, pues permitió que los grandes empresarios acumularan jugosas ganancias con un mínimo cobro de impuestos y atractivas concesiones en el uso de los recursos.
Miguel Alemán consolidó el poder político mediante un autoritarismo civilista; logró la unidad política y realizó grandes inversiones en la industria; consolidó el proteccionismo industrial mediante permisos y altos aranceles a la importación. Se incorporó al artículo 27 constitucional el amparo agrario. La producción agraria creció 8% en promedio durante el sexenio.
En el contexto de la educación pública y acorde con la industrialización, Miguel Alemán se encargó de la construcción de la Ciudad Universitaria, recinto donde quedó establecida la UNAM. Esta medida fomentó la formación de profesionistas que pudieran incorporarse a la vida económica y empresarial de un México en crecimiento. La demanda educativa en aumento también se vio favorecida conforme el papel del Estado al frente de una educación pública, según lo estipulado por el artículo 3o. constitucional. Desde entonces, la UNAM ha sido una importante institución de educación superior, un generador de investigación y un motor de la economía del país.
Adolfo Ruiz Cortines proyectó una imagen de austeridad moralizadora, basada en el ahorro del gasto público para equilibrar las finanzas y logró un efectivo control de la inflación, problema que se venía arrastrando desde gobiernos anteriores. Cierto es que durante su mandato la devaluación del peso, de 8.65 a 12.50 por dólar, y la inflación golpearon a la economía popular, pero logró sostener el incremento real del salario y compensar así el poder adquisitivo. Modificó la Ley de Responsabilidades de Funcionarios Públicos; los obligó a declarar bienes y prometió investigar fortunas. En política social construyó escuelas, impulsó la construcción de hospitales, carreteras y vías férreas. Su gobierno estableció, casi desde su inicio, el voto femenino como un derecho civil. Al finalizar el régimen de Ruiz Cortines se manifestó un conflicto político y social de relevancia nacional. El movimiento ferrocarrilero encabezado por Demetrio Vallejo, conflicto que derivó en huelga de trabajadores de esa industria y que se prolongó hasta el siguiente régimen, el de Adolfo López Mateos.
Adolfo López Mateos continuó el mismo rumbo económico (desarrollo estabilizador) al impulsar obras de riego, reparto de tierras en menor escala, electrificación, vivienda popular, urbanismo, etc. Durante su régimen se establecieron los precios de garantía para los productores agrícolas, mismos que se complementaron con el uso de la tecnología para fortalecer la producción de granos a nivel nacional. Redujo la inflación e incrementó el poder adquisitivo de los trabajadores. López Mateos consolidó el control del gobierno en los sindicatos, para lo cual ejerció algunas medidas represivas. En 1959 estableció la Comisión Nacional del Libro de Texto Gratuito, y durante toda su administración fomentó un notable crecimiento de la educación básica y subsidios a las universidades estatales. También fundó el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, ISSSTE, en 1960. Al año siguiente creó la Compañía Nacional de Subsistencias Populares, Conasupo. En 1962 modificó el artículo 123 para innovar el reparto de utilidades. El presidente López Mateos también estatizó la industria eléctrica, mediante la compra de acciones a las empresas extranjeras. Además promovió inversiones estatales en petroquímica y elaboró planes de desarrollo. Durante el mandato de López Mateos se suscitó en Cuba la revolución encabezada por Fidel Castro, y México prestó toda la solidaridad que exige el respeto a la libre autodeterminación de los pueblos, según el espíritu de la Doctrina Estrada. A principios de la década de los sesenta, por iniciativa de Adolfo López Mateos y del diplomático Alfonso García Robles, se promovió el Tratado de Tlatelolco, que estipuló la prohibición en Latinoamérica del uso, experimentación, ensayo, fabricación, o adquisición, por cualquier medio, de armas nucleares. En julio de 1963, López Mateos logró que el presidente estadounidense. J. F. Kennedy le devolviera a México los terrenos de "El Chamizal", los cuales habían sido tomados por Estados Unidos al cambiar el cauce del río Bravo. En el ámbito de la contienda política, López Mateos autorizó una reforma electoral y permitió el acceso al Congreso para los partidos de oposición.
Díaz Ordaz continuó con la política de baja inflación y alto crecimiento, denominada “desarrollo estabilizador”. Su gobierno fue exitoso en materia económica, pues el crecimiento sostenido se mantuvo entre 6 y 8% anual. Su gobierno creó nuevas empresas y organismos estatales: Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), entre otros, y otorgó 24 millones de hectáreas para campesinos mexicanos. También amplió el marco legal de la mayoría de edad para permitir que jóvenes de 18 años en adelante ejercieran el sufragio. Además, en 1969, dio inicio al Sistema de Transporte Colectivo, el metro, para la Ciudad de México. El conflicto estudiantil, que vivió México previamente a las olimpiadas de 1968, evidenció la existencia de gravísimos problemas sociales y movimientos de inconformidad. Así, tras la represión estudiantil del 2 de octubre, el presidente Díaz Ordaz declaró públicamente que él asumía la responsabilidad de los hechos. Aunque el entonces secretario de Gobernación, Luis Echeverría, estuvo implicado en la masacre estudiantil, pudo postularse como candidato presidencial en 1970.
Al asumir la jefatura de la nación Luis Echeverría, se incorporaron varias industrias al Estado (paraestatales), lo cual generó un gasto público excesivo. La política de endeudamiento se aplicó para lograr financiar la infraestructura económica y los servicios de asistencia social. Otro mecanismo que implementó la política económica de Echeverría, conocida como “crecimiento compartido” fue el incremento de la recaudación fiscal para el sector empresarial y para la clase media. Durante este periodo la deuda externa pasó de 6 mil millones de dólares a 19 mil en 1976.
A partir de 1972 la política gubernamental fue la de gastar para crecer. Se multiplicaron los organismos públicos y la burocracia. El gasto público fue el factor clave. En 1973 se crecía más como país, pero la inflación empezaba a ser de dos dígitos. Ese año fue creado el Infonavit.
La inconformidad civil crece y para contenerla el Estado reprimió a los estudiantes el 10 de junio de 1971 y después recurrió a la guerra sucia. En contraposición, el titular del Poder Ejecutivo propició la conciliación con la izquierda, incorporando en su gobierno a intelectuales, economistas y líderes socialistas, quienes habían participado en el movimiento de 1968. En materia internacional sobresale "La Carta de Deberes y Derechos de los Pueblos", que Echeverría firmó a favor de la libre autodeterminación y de la soberanía en América Latina. Apoyó a los gobiernos socialistas de Fidel Castro en Cuba y de Salvador Allende en Chile. México ofreció asilo político para los refugiados chilenos tras el golpe de estado en aquel país.
Ante la incertidumbre y el descontento que causó la devaluación, José López Portillo, en su discurso de toma de posesión, solicitó tiempo para ordenar la economía. Habló de un peso fuerte y continuó con la creación de paraestatales. Hubo un auge petrolero sin precedentes, pero pésimamente administrado. Tras un aparente desarrollo industrial de Pemex, el país empezó a depender de las exportaciones petroleras para crecer vertiginosamente. No obstante, no se planificó un crecimiento sustentado en la autosuficiencia tecnológica de Pemex.
A partir de 1979 Díaz Serrano, director de Pemex, aceleró la producción petrolera. Apoyado en esa riqueza el gobierno aumentó el gasto, duplicó la burocracia, dependencias y empresas paraestatales. La abundancia y el exceso de gasto generaron una gran corrupción en las esferas gubernamentales. La Reforma Política de López Portillo representó un intento por sofocar la actividad clandestina del Partido Comunista Mexicano y de grupos guerrilleros como la Liga Comunista 23 de Septiembre. Se incorporó el sistema de candidatos plurinominales para permitir que la oposición tuviera reconocimiento dentro del Congreso, de esta forma se incorporó como modalidad política en México la representación proporcional de diputados y senadores, y se mantuvo el principio de elección directa mediante el voto de los ciudadanos.
En 1981 se desplomaron los precios del petróleo, pero a través del endeudamiento se mantiene el crecimiento y un dólar barato. A pesar de haber recibido divisas suficientes para pagar la deuda heredada (20 000 millones de dólares), al final de su gobierno, José López Portillo la triplicó. En 1982, ante la incapacidad gubernamental para sostener el tipo de cambio y la salida de capitales, se precipitó la devaluación antes del cambio de gobierno. Al finalizar su gobierno, López Portillo decretó la nacionalización de la banca para detener la fuga de divisas. La deuda externa se había desbordado, mientras la corrupción, el desempleo y la inflación, amenazaban al país entero. A finales de ese año fue elegido presidente quien fungía como secretario de Programación y Presupuesto, Miguel de la Madrid Hurtado.
Al iniciar el régimen de Miguel de la Madrid Hurtado en 1982, el presidencialismo en México se hallaba totalmente debilitado. Se conoce a Miguel de la Madrid como el presidente de la renovación moral y de la reconversión industrial, aunque, en la práctica, sus lemas fueron poco eficaces. Sin un liderazgo nacional y con una profunda crisis en todos los aspectos de la vida nacional, las presiones del Fondo Monetario Internacional y la deuda externa, dieron origen a un nuevo modelo de desarrollo, lento y conflictivo, la apertura comercial a favor de capitales foráneos en el contexto de una economía mundial neoliberal que obligaba a la incorporación de México.
A mediados de 1985 el gobierno federal se comprometió ante el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial a iniciar un proceso de privatizaciones como condición para obtener nuevas líneas de crédito en el ámbito internacional.
El presidente Miguel de la Madrid rompió con la proliferación de empresas de participación estatal y decretó, en aras de una apertura económica, la reprivatización bancaria y la participación de la iniciativa privada en rubros tradicionalmente reservados para la administración del Estado, como la inversión petrolera y la infraestructura de carreteras y sistemas de comunicación. Sostuvo una estrategia de deslizamiento del peso para amortiguar los efectos de la devaluación, renegoció la deuda externa a través de la venta de paraestatales y de bonos equivalentes a letras de cambio.
En septiembre de 1985 un fuerte temblor en la Ciudad de México cobró miles de víctimas y cuantiosos daños materiales. El gobierno no coordinó debidamente las labores de rescate, pero la sociedad civil espontáneamente se organizó y solidarizó con las víctimas. En 1986, por primera vez en la historia de México, la inflación llegó a tres dígitos, es decir, más de 100%. En 1987 se devaluó nuevamente la moneda; se rompe el “récord” histórico de pérdida de valor frente al dólar.
En 1988 el candidato del PRI, ex secretario de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari, fue designado vencedor en unas reñidas elecciones. Para algunos un claro y descarado fraude electoral, al considerar que la jornada electoral la había ganado Cuauhtémoc Cárdenas. El candidato del Frente Cardenista, Cuauhtémoc Cárdenas, y el candidato del PAN, Manuel J. Clouthier, impugnaron el resultado oficial favorable para Carlos Salinas.
Miguel de la Madrid Hurtado (1935- 2012 )
Carlos Salinas de Gortari (1948- )
El conflicto electoral de 1988 devino en el fraude más escandaloso en la historia de México, pues el candidato oficial del PRI, Carlos Salinas de Gortari, fue derrotado por la oposición, pero declarado presidente electo por el congreso. Fue el sexenio en el que la pobreza alcanzó a 40 millones de mexicanos, lo que puso en evidencia la ineficacia del llamado “Pacto de Reconversión Económica” entre los sectores de la producción, así como el fracaso del Programa Nacional de Solidaridad para asistir a la población con menos recursos.
La venta de la banca a inversionistas extranjeros y la privatización de Teléfonos de México, fueron rasgos muy criticados del sexenio salinista. El presidente Salinas abandonó el modelo de crecimiento basado en las paraestatales e inició un proceso de privatización de empresas que abarca a cerca de 350 empresas estatales. Logró avances en materia de equilibrio presupuestal y en el combate a la inflación. Simplificó jurídicamente los sectores minero, pesquero, turístico, agrario, portuario y financiero, entre otros. En el ámbito político, por primera vez, se reconocieron los triunfos de la oposición a nivel de gobernadores: Ernesto Ruff o, en Baja California, Francisco Barrios, en Chihuahua, y Medina Plascencia en Guanajuato, como gobernador interino.
La firma del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, desató desconfianza en la clase media, en los organismos obreros y campesinos y aun en las elites políticas y empresariales. No obstante, el TLC abrió perspectivas de un crecimiento económico acelerado. La incertidumbre sobre la ratificación del Tratado de Libre Comercio en 1993, generó tendencias alcistas en las tasas de interés. Las reformas constitucionales para restablecer las relaciones entre el Estado y la Iglesia y para poner fi n al reparto agrario, la enajenación de tierras ejidales y la privatización del campo, fueron detonadores que explican el estallido social del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, justo el día en que entró en vigor el TLC, el 1 de enero de 1994.
Ernesto Zedillo Ponce de León (1951- )
Previamente a la designación de Ernesto Zedillo como candidato oficial del PRI a la presidencia, ocurrió, el 23 de marzo de 1994, el asesinato del candidato oficial del PRI, Luis Donaldo Colosio, y posteriormente el de Mario Ruiz Massieu, sucesos que provocaron un clima electoral de muchísima tensión y de gran abstencionismo.
Los “errores de diciembre” de 1994, apenas iniciado el gobierno zedillista y la devaluación consecuente, marcaron a este débil sexenio. Entre los factores que agudizaron la crisis económica a finales de 1994, se debe considerar la sobrevaluación del peso y la apertura comercial que el TLC representó en un país tan endeble en lo financiero y lo estructural como México. La prolongación del conflicto zapatista y la aparición de nuevos brotes de guerrilla en Guerrero determinaron el rechazo popular contra la fi gura del presidente y del priísmo en general. Un efecto semejante tuvo el rescate bancario que a través del Fobaproa, emprendió Zedillo. En las elecciones federales del año 2000 el partido oficial perdió ante el candidato panista, Vicente Fox Quesada, en un acto aparentemente benéfico para la vida democrática del país, a pesar de las dificultades que en México subsisten.
Vicente Fox Quesada (1942- )
El régimen de Vicente Fox ganó legitimidad por la transparencia lograda durante las elecciones federales del año 2000. Pero al asumir el mando presidencial, Fox promovió la aplicación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) sobre artículos de primera necesidad, como alimentos y medicinas, lo que dio origen a un desprestigio de su imagen como conductor de la nación y a la derrota de su iniciativa; lo mismo sucedió con una política fiscal similar en la industria editorial. Ambas iniciativas enfrentaron el rechazo popular y de los partidos al interior de un Congreso fuertemente dividido.
El impulso de una reforma fiscal y de una reestructuración profunda en Pemex y en la CFE fueron los principales focos de controversia entre el proyecto de Vicente Fox y el Congreso de la Nación. La presencia de las mafias del narcotráfico y de la industria del secuestro al interior de las mismas instituciones de gobierno, rebasaron la capacidad del Estado para mantener la seguridad pública y el rumbo de la vida nacional. Pero es justo reconocer que dichos males que laceran a México se iniciaron en tiempos del más duro priísmo y que representan una herencia del viejo sistema presidencialista como prácticas ordinarias del poder. No se trata de hechos que puedan achacarse categóricamente al gobierno foxista, aunque cabe preguntarse si hoy en día el Estado puede garantizar la gobernabilidad y el tránsito hacia una auténtica vida democrática en México.
En septiembre de 2003 el entonces presidente Vicente Fox nombró como secretario de Energía a Felipe Calderón Hinojosa. Como presidente del Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos, de la Junta de Gobierno de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y de la Junta de Gobierno de la Compañía Luz y Fuerza del Centro (LyFC) Felipe Calderón Hinojosa impulsó la modernización de las empresas públicas.
En 2005 fue electo candidato del PAN a la presidencia de la República y el 2 de julio del año 2006 obtuvo la mayoría de los votos en una de las elecciones más competidas de la historia del país, pero que también fueron sumamente impugnadas por la oposición. El 1 de diciembre de 2006 tomó protesta como presidente.
Entre las metas establecidas por el gobierno de Felipe Calderón, su plan nacional de desarrollo expone la necesidad de fortalecer la seguridad nacional y combatir el narcotráfico. Otro aspecto de capital importancia es la iniciativa de reforma energética que Felipe Calderón presentó al Congreso: la posibilidad de modificar el artículo 27 de la Constitución supone un debate muy controvertido sobre el futuro de la industria petrolera del país.
Felipe Calderón Hinojosa (2006-)
Actividad 12 regímenes posrevolucionarios
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