Consiste en un organismo que caza, captura y devora a otro; por lo general se trata de especies diferentes; el que ejecuta la acción es el depredador y el que sirve de alimento, la presa. Los depredadores son halcones, lobos y leonas, entre otros
Consiste en la asociación no dependiente entre organismos de diferentes especies, en la que el comensal obtiene beneficio y el huésped no es beneficiado, ni perjudicado; uno de los casos más conocidos en animales, es el tiburón (huésped) y la rémora (comensal).
Asociación dependiente de organismos de especies diferentes, en la que ambos obtienen beneficio; por ejemplo, los protozoarios que viven en el intestino de las termitas, la asociación de algas y hongos o la polinización que realizan los insectos.
Es una unión dependiente, en las que uno se beneficia (parásito) y el otro resulta perjudicado (huésped). Los parásitos se alojan dentro (endoparásitos) o fuera (ectoparásitos) del huésped. Los ejemplos son la lombriz intestinal, amibas, solitaria, piojos, garrapatas, pulgas y ácaros.
Hay diversas actividades del hombre que alteran su entorno y hacen que de manera acelerada y constante se pierda la biodiversidad del planeta. Analicemos brevemente las que con más peligro amenazan, día a día, nuestra estabilidad ecológica.
Uno de los factores que influye significativamente en la pérdida de la extraordinaria riqueza natural mexicana es el comercio ilegal de plantas, animales y sus derivados. Puesto que en la mayoría de los casos esta actividad desata una intensa captura y colecta de especies, muchas de ellas están al borde de la extinción.
El tráfico de flora y fauna silvestre es ilegal, por lo que no se tienen cifras precisas de su magnitud; sin embargo, todos los días se trafica en los mercados —de la mayoría de las ciudades de la República— con diversas especies de flora (en particular con cactáceas, palmas, helechos y orquídeas) y especies animales, como monos, nutrias, loros, guacamayas, martuchas, armadillos, mapaches, tortugas, iguanas, boas, serpientes, aves de presa, camaleones, ranas, tarántulas, tucanes y muchas más especies que, en su mayoría, se encuentran en peligro de desaparecer.
La demanda comercial de plantas y animales silvestres y sus productos obedece, en la mayoría de los casos, a que el consumidor fi nal desconoce el efecto ambiental de su consumo. Por ejemplo, pocas personas saben que para capturar a un animal y llevarlo a las tiendas de mascotas, hay que matar a la madre o a algunos otros miembros de la familia que lo protegen, o que por cada loro que llega vivo a una casa, en todo el proceso han muerto entre cinco y diez loros, debido a los terribles métodos de captura, las infames condiciones de transporte y almacenamiento, la alimentación inadecuada y el gran estrés al que son sometidos. También desconocen los riesgos que representa para la salud humana el poseer ciertas especies, principalmente de animales silvestres, que pueden ser vectores de enfermedades peligrosas.
Otro de los factores que ha contribuido en gran medida a la demanda popular de flora y fauna silvestre o sus productos, es la existencia de falsas creencias y mitos acerca de sus propiedades mágicas y medicinales. El desconocimiento es la principal causa de la excesiva demanda de fauna y flora silvestre y sus productos, cuyo comercio es ilegal en México, excepto en algunos casos de aves canoras y otras especies que se reproducen en cautiverio, bajo permisos especiales.
A pesar de que estas prácticas están prohibidas, la escasa vigilancia y control por parte de las autoridades, facilita el incremento ilegal de estas actividades en diferentes puntos de la República Mexicana. Lo único que puede detener este delito es la información oportuna y voluntad para no comprar ni vender animales silvestres ni productos que se deriven de ellos.
Los mismos procesos de selección natural contribuyen a la desaparición de las especies, pero si le sumas actividades humanas como la agricultura, los fuegos provocados, la tala inmoderada y, en general, el crecimiento demográfico desmedido entonces la fragmentación del hábitat, la deforestación, la pérdida y degradación del suelo y la desertificación se vuelven catastróficas (CONABIO, 2000; Flor y Lucas, 1998).
Una de las principales amenazas que actualmente penden sobre los ecosistemas es la deforestación, que es la pérdida de grandes extensiones de árboles o incluso la eliminación total del bosque natural. ¿Cuáles son las principales causas de la deforestación? En general es el uso irracional de los bosques que hace el hombre al realizar una tala inmoderada para el establecimiento de áreas destinadas a actividades agrícolas, pecuarias o de otro tipo de uso de suelo, como asentamientos humanos o carreteras y el aumento en la demanda de madera para uso doméstico y en la industria de la construcción.
En México una de las principales causas de la deforestación es la conversión de grandes extensiones de bosques en pastizales para ganado. Las más importantes repercusiones son: pérdida de especies y variación genética, deterioro general de los suelos, que elimina paralelamente fuentes importantes de productos forestales básicos para los habitantes de las comunidades rurales.
La erosión del suelo es un proceso natural evidente en ambientes desérticos y en laderas, sin embargo, ahora la actividad humana también la acelera con la deforestación en pendientes pronunciadas y suelos frágiles, el cambio del uso del suelo para actividades agropecuarias y el arado excesivo por agricultura tecnificada, técnica que implica el uso de agroquímicos y de maquinaria. Se calcula que aproximadamente 64% del total de la superficie del territorio nacional (1.25 millones de km2) presenta degradación de los suelos en diferentes niveles (SEMARNAT, 2001).
El proceso conocido como desertificación o desertización se refiere a la transformación de los pastizales semidesérticos, ricos en especies, en un ecosistema tipo “desierto” con muy pocas especies de plantas y animales. Esta lamentable disminución es consecuencia de la degradación de los pastizales a causa de la intensa explotación a que son sujetos por el sobrepastoreo y la tala de arbustos y árboles para leña, lo que resulta en la pérdida de la cubierta vegetal, que a su vez provoca la disminución de la capacidad para absorber el agua. Por último, la transformación ocurre por la invasión de algunas especies de plantas presentes en el matorral xerófilo que rodea los pastos semidesérticos, y que están mejor adaptadas a la aridez, por lo que se ven favorecidas por las nuevas condiciones de “sequía” provocada por la alteración de las condiciones naturales (SEMARNAT, 2001).
Como ya se mencionó, la extinción de las especies es un proceso natural, sin embargo, ahora el ser humano impulsa una nueva clase de extinción. En la actualidad, cada año se pierden 27 000 especies en los bosques tropicales del planeta y se calcula que la pérdida mundial es de hasta 100 000 especies. Por desgracia, el problema no se corrige, de acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) e investigadores de la UNAM, varias especies se encuentran hoy amenazadas o en peligro de extinción. De acuerdo con la NOM-059-ECOL-2001 las especies que están en riesgo se clasifican como:
Probablemente extinta en el medio silvestre: aquella especie nativa cuyos ejemplares en la vida silvestre dentro del territorio nacional han desaparecido.
En peligro de extinción: especies cuya área de distribución y tamaño de población en el territorio nacional han disminuido drásticamente poniendo en riesgo su viabilidad biológica en todo su hábitat natural, debido a factores como la destrucción o modificación drástica del hábitat, aprovechamiento no sustentable, enfermedades o depredación, entre otros.
Amenazadas: especies que podrían llegar a encontrarse en peligro de desaparecer a corto o mediano plazo, si siguen operando los factores que inciden negativamente en su viabilidad, al ocasionar el deterioro o modificación de su hábitat o disminuir directamente el tamaño de sus poblaciones.
Sujetas a protección especial: especies o poblaciones que podrían llegar a encontrarse amenazadas por factores que inciden negativamente en su viabilidad, por lo que es necesario propiciar su recuperación y conservación.
Peces. Sardinita labiosa, metalote de Sonora, charal tarasco, mojarra caracolera y cuatrociénegas, cachorrito de medialuna, carpita la Concha, sardinita o carpa boca grande, carpa diabla, perca del Conchos, guayacón San Gregorio, carpita elegante, anguila ciega yucateca, bagre ciego duende, escamudo de San Cristóbal, carpa locha y pinta, almirante, tiro rayado, carpa de Parras.
Anfibios. Salamandra saltarina negra, Tritón manchas negras, rana de Moore, rana guerrerense, rana poblana y rana de Tláloc.
Reptiles. Lagartija arenera de Chihuahua y nocturna de Sánchez, Squamata (serpiente), tortuga caguama, tortuga marina verde del pacífico o tortuga prieta, tortuga marina verde del Atlántico o tortuga blanca, tortuga almizclera, tortuga de carey y galápago de mapimí, cocodrilo de río, de pantano y caimán.
Aves. Pardela mexicana, cigüeña jaribú, zopilote rey, cisne de tundra, pato real, águila cabeza blanca, águila solitaria, aguililla cola roja de Socorro, águila crestada, águila arpía, águila blanquinegra, águila tirana, águila elegante, halcón pecho Rufo, codorniz coluda, ave sol, grulla blanca, guacamaya verde y roja, loro cabeza amarilla y nuca amarilla, tecolote tamaulipeco, colibrí cola hendida, quetzal mesoamericano, cascanueces, centzontle de Socorro, gorrión cantor de coronados, junco ojo oscuro, pinzón de San Clemente y Guadalupe, tucán.
Mamíferos. Berrendo (mejor conocido como antílope), ballena franca del norte, castor americano, mono aullador o saraguato de manto, mono araña, armadillo centroamericano, tlacuache de agua, puerco espín del norte, tigrillo u ocelote, jaguar, tuza, rata-canguro, liebre de Tehuantepec, teporingo, ratón de ángel de la guarda, nutria marina, oso hormiguero dorado y brazo fuerte (tamandúa norteño), foca de Guadalupe, murciélago platanero, mapache de islas Marías y de Cozumel, perrito de las praderas o perro llanero mexicano, tapir centroamericano, manatí del Caribe, oso negro, borrego cimarrón, ballena gris y azul, puma, vaquita marina, lobo mexicano.
Son varios los factores que contribuyen a la extinción, pero muchos expertos coinciden en que los principales son:
La sobrepoblación humana.
La sobreexplotación de los recursos.
La destrucción de los hábitats.
La contaminación.
En la actualidad la problemática ambiental ha sido abordada por diversos países y en distintos foros como la ONU. Un ejemplo es la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Humano, celebrada en Estocolmo en 1972. En esta reunión surgieron las bases para orientar a los países a actuar tanto a nivel nacional como internacional, en el cuidado del ambiente. Otro de los resultados fue la creación del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el cual tiene gran importancia porque coadyuva en la solución de los problemas nacionales o regionales que no pueden resolver por sí solos los países. Además, con este programa se busca el consentimiento del concierto internacional para la formulación de tratados internacionales que tengan como finalidad principal el resguardo de la Naturaleza.
Más tarde, en diciembre de 1989, la Asamblea General de la ONU realizó en las dos primeras semanas de junio de 1992 en Río de Janeiro, una Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD). Esta conferencia se instituyó como la primera “Cumbre de la Tierra” y tuvo como principal objetivo establecer unánimemente una nueva perspectiva del desarrollo, que resguardara el ambiente procurando un desarrollo económico, además de promover la cooperación ambiental en todo el mundo. El trabajo de la CNUMAD se concretó en:
La Agenda 21. Estudió la situación ambiental de los países en vías de desarrollo, además elaboró esquemas de acción que orientan al ser humano para que no incremente aún más el deterioro ambiental.
La Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Enunció 27 principios que buscan el resguardo ambiental como parte del desarrollo integral y la cooperación para luchar contra la pobreza, como una condición necesaria para alcanzar el desarrollo sustentable.*
El Convenio sobre la Diversidad Biológica. Inició sus funciones oficialmente en 1996 y ofrece una estrategia adecuada para proteger la diversidad biológica y realizar una buena gestión de la misma, así como de los beneficios que se obtienen de ella.
El Convenio sobre el Cambio Climático. En este acuerdo se admitió que los cambios del clima y sus consecuencias son de gran importancia para la humanidad, puesto que la afectan, además de dañar al planeta en general. El Convenio enfatizó la promoción de actividades y leyes que ayuden a detener el deterioro atmosférico y, por tanto, el calentamiento global.
La Declaración de los Principios sobre Bosques. Está sumamente relacionada con el Convenio sobre la Diversidad Biológica, puesto que se refiere a la conservación, aumento y desarrollo sustentable de bosques de todo tipo.
Convención de Lucha contra la Desertificación. Orientada a finalizar con el gran problema de desertificación que afecta a África, principalmente, entró en vigor en 1996.
En 1997 se celebró el Protocolo de Kyoto, en Japón, con la finalidad de reducir emisiones de los gases que causan el sobrecalentamiento de la Tierra, por el efecto invernadero. Esta convención no fue ratificada por Estados Unidos. Sin embargo, la ratificaron 166 países y entró en vigor desde el 16 de febrero del 2005; impone límites obligatorios en las emisiones de CO2, con objeto de reducirlas, entre 2008 y 2012, en un 5.2% respecto a los niveles de 1990. Estas medidas terminan en 2012.
Por último, en noviembre del 2006, en la ciudad de Nairobi, se realizo la Conferencia sobre Cambio Climático Global, donde se aprobó la revisión del Protocolo de Kyoto y de las reglas del Fondo de Adaptación para ayudar a los países pobres a adaptarse al cambio climático.
Después, en el año 2000, se celebró en Malmö, Suecia, el Primer Foro Ambiental Mundial a nivel Ministerial que dio como resultado la denominada Declaración Ministerial de Malmö, donde se mencionó que uno de los principales problemas es que los compromisos no son respetados y, entre otros puntos, se reconoció que el ser humano cuenta con los medios para lograr el desarrollo sostenido e ir erradicando la pobreza sin afectar al medio ambiente.
Es preciso mencionar la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, la cual tuvo lugar del 26 de agosto al 4 de septiembre de 2002, en Johannesburgo, Sudáfrica. En ella se habló, entre otros temas, de incrementar el uso de fuentes de energía renovable, haciéndolas más accesibles a los pobres, de crear un fondo con contribuciones voluntarias y de disminuir la pérdida de especies para el año 2015.
Además, se logró un acuerdo para que la Organización Mundial del Comercio ya no anule los tratados internacionales sobre medio ambiente. Sin embargo, la cumbre fue calificada como decepcionante, ya que diversas organizaciones no gubernamentales calificaron su plan como insuficiente.
Por otra parte, en nuestros días alcanza notoriedad la hipótesis de Gaia, un conjunto de modelos científicos de la biosfera para explicar que la vida fomenta y mantiene condiciones adecuadas para sí misma, afectando al entorno. Según la hipótesis de Gaia la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un todo coherente donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, la composición química y la salinidad en el caso de los océanos. Gaia se comportaría como un sistema autorregulador (que tiende al equilibrio). La teoría fue ideada por el químico James Lovelock en 1969 (aunque se publicó en 1979 y fue apoyada y extendida por la bióloga Lynn Margulis). Lovelock estaba trabajando en ella cuando se lo comentó al escritor William Holding, quien le sugirió que la denominara “Gaia”, diosa griega de la Tierra (Gaia, Gea o Gaya).
* Desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de que futuras generaciones puedan satisfacer sus propias necesidades.Seguramente has escuchado acercada de la extinción de especies lo anterior implica la desaparición total de una especie en el planeta. Han sido causadas por eventos como sequías, erupciones volcánicas, inundaciones, cambios climáticos etc. pero, en los últimos años nosotros, la especie humana, hemos sido los causantes ya sea de manera directa o indirecta. Mientras más pequeña sea una especie es más susceptible de desaparecer por fenómenos de tipo natural, es más fácil que pierdan su variabilidad genética ya que están cada vez más emparentados.
Se le llama crisis de la biodiversidad a la pérdida acelerada de la variedad genética de especies y ecosistemas. De acuerdo a los registros que se tienen desde el siglo XVII hay por lo menos 717 especies animales extintas y 87 vegetales. Si se incluye las causadas por el ser humano el dato asciende a más de 2000 especies extintas. Ejemplos de ello son el dodo de la Isla Mauricio o el lobo de Tasmania de Australia.
En México, han desaparecido:
• peces de agua dulce como el cachorrito Potosí o el cachorrito Trinidad de Nuevo León
• la paloma de la Isla Socorro,
la foca monje del Caribe
• el oso pardo
• el lobo mexicano del norte y centro de México
Y tú ¿has hecho algo para evitar lo anterior? O sigues pensando que alguien más es quien debe actuar. Analiza tus actividades quizá encuentres que has hecho o dejado de hacer algo que implica un daño irremediable al planeta.
Para finalizar este tema ingresa a la siguiente liga para ver un video que habla de especies extintas y extirpadas.
Todo lo que hacemos tiene un impacto, bueno o malo, pero al final causamos una modificación a nuestro entorno. El estudio de lo que causamos a nuestro medio es importante, por una gran cantidad de motivos: económicos, políticos, de salud, climáticos, etc. La magnitud de dicho impacto es tal que puede tener repercusiones desde individuales hasta mundiales. Te has preguntado ¿qué pasa cuando tiras una colilla de cigarro al suelo o sacas a pasear a tu perro y no recoges sus heces fecales?, ¿Sabes qué beneficios o perjuicios tiene para ti, y tu familia o el planeta entero?
Los cambios al medio son de importancia para nosotros, afectan nuestra calidad de vida, en muchas ocasiones puede determinar si vivimos o morimos. Por supuesto en muchas ocasiones el impacto no es inmediato, pude tardar tiempo en verse los efectos, pero créelo tarde o temprano los verás. De hecho podemos decir que ya lo estamos sufriendo con una serie de fenómenos que antes no se presentaban en nuestro país y en el mundo entero.
Se denomina impacto ambiental a la serie de modificaciones que el ser humano y la naturaleza ejercen sobre el medio ambiente.
A lo largo de la historia de nuestro planeta se han dado ciertas alteraciones sobre los ecosistemas debido en su mayoría a fenómenos naturales; sin embargo el propio planeta ha podido resistir dichos cambios; hoy en día diversas actividades del ser humano han causado deterioros; mismos que se cree, podrían rebasar la capacidad de resistencia de los ecosistemas. Por supuesto las dos principales causas de este deterioro son el crecimiento poblacional y el consumismo.
Crecimiento poblacional
Como seguramente sabes, el ser humano en un principio era nómada pero en el momento en que descubre la agricultura se hizo sedentario; este hecho provocó que la población comenzara a aumentar; se cree que de cinco pasó a cincuenta y más tarde a cien millones de habitantes. Después, por un periodo de tiempo el crecimiento fue variando en función de factores como clima, pandemias, guerras y cantidad de alimento.
A fines del siglo XVIII la cantidad de habitantes en el planeta era de unos 800 millones. Para 1930 ya eran dos mil millones de habitantes; pese a la Segunda Guerra Mundial la población continuó aumentando.
Es para 1950 cuando se inicia de nuevo una fase de crecimiento ya que se logra un control de las enfermedades y del hambre, se mejoraron las redes de agua potable, transporte y alcantarillado y hubo además un aumento de las cosechas. Al inicio de los sesentas se llegó a los tres mil millones de habitantes; para 1975 eran ya cuatro mil millones y para 1987 éramos cinco mil millones. Para enero de 2018 la población mundial se estimó en aproximadamente 7500 millones.
“Explosión demográfica”
Como verás es un término muy aplicable a lo que se expuso anteriormente.
Ya en 1798 el economista inglés Thomas Malthus hablaba del crecimiento exponencial de la población respecto al crecimiento aritmético de los alimentos. En las gráficas generadas a partir de lo que Malthus expuso se nota que cada vez es menor el tiempo necesario para que la población duplique su tamaño.
El crecimiento de la población es más alto en África que en cualquier otro continente; es notorio que en los llamados “países en vías de desarrollo” la población aumenta de manera constante mientras que por el contrario los desarrollados han bajado su tasa de natalidad de manera que sólo se incrementa la población por causas de inmigración. Nuestro país como seguramente lo habrás escuchado se encuentra dentro de los diez países más poblados:
-China
-India
-Estados Unidos
-Indonesia
-Brasil
-Pakistán
-Nigeria
-Bangladesh
-Rusia
-México
Las Naciones Unidas predicen que para el 2025 seremos alrededor de 8100 millones de seres humanos. ¡Alarmante! ¿No crees?
El avance de la tecnología sin duda influye en la producción de bienes y es un buen indicador de los índices de consumo. Los países desarrollados son los que poseen altísimos niveles de consumo a comparación de los que están en vías de desarrollo. Se sabe que los países desarrollados consumen ¾ partes de la energía y de las materias primas disponibles en el planeta por lo que producen una proporción similar en residuos de tipo sólido. Con el aumento de la población se incrementó también el uso de los clorofluorocarbonos y la emisión del dióxido de carbono. Lo anterior provocó daño a la capa de ozono por lo que hoy en México y en el mundo se ha prohibido el uso de estas sustancias y parece ser que ha habido un cambio pequeño pero a fin cambio. Cabe mencionar que tanto el cambio climático como el calentamiento global son consecuencia de la sobrepoblación mundial.
Globales.
Por supuesto el hecho de que haya demasiada gente y que los recursos estén escaseando causa un fuerte impacto ambiental que trae consigo sus consecuencias tanto en ciertas zonas como en todo el planeta. A continuación se muestra un esquema en el que se presentan diversas consecuencias a nivel global. Obviamente estas consecuencias ya las hemos sufrido en nuestro país. ¿Estaremos a tiempo de frenarlas? Es momento de actuar; no seas un mero espectador; el planeta requiere de tu ayuda.