Cultura
Al revisar el conocimiento en la historia de la humanidad encontramos que la filosofía, como una forma de buscar el saber, es mucho más antigua que la ciencia, pero considerablemente más nueva si se compara con el descubrimiento del fuego, la fundación de los primeros pueblos o la invención de un código de lenguaje que permitió al hombre comunicarse con eficiencia en forma oral y escrita. Se considera cultura a la totalidad de actividades que realiza el hombre en busca de su perfeccionamiento, desarrollando oficios, lenguaje, arte, técnica, filosofía, ciencia, etc. Por ello, se considera que un ladrillo es un reflejo cultural, pues en su proceso de elaboración, utilidad y durabilidad se encuentra toda la experiencia acumulada del hombre a lo largo del tiempo.
El mapa histórico nos muestra que el desarrollo cultural en las diferentes regiones de la Tierra es diverso, esto se debe a una multiplicidad de factores, entre los que se cuentan la economía, la religión, la forma de gobierno, el clima, etc. Todos ellos, en suma, conforman una cultura que define a los griegos, romanos, egipcios, etc., como culturas diversas, las cuales aportaron en su momento un saber que perdura hasta nuestros días y el cual sigue maravillando al contemplar sus construcciones arquitectónicas o sus obras de arte.
El caso particular de Grecia reviste una importancia incuestionable, como cultura de la Antigüedad legó al mundo el primer sistema racional, ordenador y encausador de los conocimientos humanos conocidos hasta entonces. Ellos manejaron el término “filosofías especiales”, en el cual aplicaron conocimientos que hoy calificaríamos como matemáticas, geometría, medicina, etcétera. Estas filosofías especiales son el antecedente más remoto de lo que hoy conocemos como ciencias, de ahí que se considere que la ciencia está vinculada desde su origen a la filosofía y que históricamente están condicionadas mutuamente.
Es importante considerar que después del aprendizaje ordinario, que integra los hábitos, las costumbres, los instintos y las necesidades (saber común), el hombre se prepara para recibir un aprendizaje primordialmente científico; esta prioridad la determinan las exigencias de las sociedades contemporáneas, se vuelve indispensable que la humanidad sea cada vez más práctica y, en este contexto, olvida preservar el valor y la riqueza del espíritu. Podría llegar a suponerse que la filosofía como actividad intelectual ofrece pocas retribuciones, posiblemente sea así, cuando los juicios de valor se restringen a los valores monetarios, pero la filosofía es el quehacer propio del hombre, que nace de un saber universal y su actitud de contemplación reflexiva se orienta a fundamentar con actividades intelectuales todo saber, para producir un orden de conocimientos. Por tanto, la retribución que se obtiene del ejercicio del pensamiento filosófico trasciende los valores materiales, es un encuentro con la verdad. En la definición de filosofía se distinguen claramente tres momentos:
1. Momento de un saber universal adquirido con la contemplación reflexiva.
2. Momento de filosofar para orientar el intelecto hacia otro saber.
3. Momento de ordenar los conocimientos resultantes.
Influencia de la filosofía en la actualidad
Hablar de Grecia es hacer referencia a la cuna de la civilización occidental, en la Antigüedad, en Grecia se desarrollaron todas las “bellas artes” conocidas en la época y se dio especial atención al desarrollo de la “cultura humanística”. La razón de este desarrollo para algunos historiadores radica en el hecho de que Grecia fue un importante punto de comercio, en el que la circulación de capitales propició el desarrollo económico de la región y, en consecuencia, se benefició la cultura. Las referencias más antiguas a la sociedad griega, sus costumbres, sus valores, su forma de vida y sus motivaciones en general, se encuentran en los textos épicos de Homero, la Iliada y la Odisea, las cuales en su conjunto, son obras magníficas del esplendor cultural griego, donde los dioses del Olimpo conviven con los hombres, comparten sus vicios y sus virtudes, poblando de mitos y leyendas de dioses y semidioses, la mente del pueblo griego. Por ello, no es extraño que durante los siglos viii y vii a.C., fecha en que se calcula que probablemente fueron escritas, también se diera inicio a la filosofía, en la misma zona jónica donde Homero desarrolló su obra. Las aportaciones de los griegos fueron múltiples, especialmente en el campo de la filosofía, pues fueron ellos quienes la definen en palabras de Aristóteles como “un saber que se basa en la contemplación reflexiva de los primeros fundamentos y causas del ser”. Otra de sus aportaciones fue considerar que la filosofía tiene corrientes de estudio, de las cuales, resalta:
La ontología, “el estudio del Ser en cuanto ser”. Para Aristóteles la filosofía era una forma de expresar el desarrollo espiritual de la sociedad griega y en el proceso educativo descansaba dicha responsabilidad. Las palabras “bien” y “belleza” eran términos inseparables dentro del discurso educativo en filosofía, por ello, Aristóteles habla del Bien Supremo como un ideal que podía ser alcanzado por el filósofo. Posteriormente es Platón quien define como:
Frónesis: “El saber ser bueno y ser bello como la norma suprema, el primer rango entre todas las virtudes”.
Son los presocráticos quienes buscaron con la fi losofía la explicación fundamental al principio que da sentido a todas las cosas. Analicemos los principales filósofos que la fundamentan.
Filósofo griego de la escuela jónica, es considerado uno de los siete sabios de Grecia, se le atribuye haber importado de Egipto y Babilonia los elementos de la geometría y el álgebra. También se le atribuye la medida exacta del tiempo con el gnomon y algunos conocimientos de las relaciones entre los ángulos y los triángulos, así como el cálculo de las proporciones. Es probable que predijera el eclipse de sol del año 585 a.C. Aficionado a contemplar las estrellas, existen varias anécdotas de accidentes sufridos por no mirar por donde caminaba. Se sabe que como filósofo fue el primero en cuestionarse el origen de todas las cosas, a esta pregunta dio una respuesta que se resume en una propuesta triple:
La Tierra flota sobre las aguas, esta respuesta es congruente con la descripción mitológica de la Tierra que se hace en el escudo de Aquiles.
El agua es el origen de todas las cosas, en esta propuesta hay un principio físico y metafísico del agua como eje rector de todas las cosas.
Todas las cosas están llenas de dioses.
Filósofo griego de la escuela jónica, quien al igual que Tales de Mileto y Anaximandro se cuestionó sobre “¿Qué es el arché?”, dicho en otros términos, ¿qué gobierna todas las cosas? Como discípulo de Anaximandro, propuso como respuesta a esta interrogante que el aire es lo que gobierna todas las cosas.
Filósofo griego nacido en Éfeso, al igual que los anteriores perteneció a la escuela jónica, se considera que alcanzó su madurez en el año 478, entre sus anécdotas se cuenta que fue rey de su ciudad, pero abdicó al puesto por razones políticas. Fue el primer filósofo griego que se aisló para meditar y realizar mejor su actividad filosófica. Afirmó que existen dos maneras de conocer: la primera corresponde al Logos, la cual era verdadera. La segunda es la que se fundamenta en los sentidos, por ello la consideró falsa. Heráclito propuso que el gobierno de todas las cosas se encuentra en el fuego, sostuvo que no existe nada tan diverso como una llama, pues sus posibilidades de transformación son infinitas. Para algunos de sus biógrafos, Heráclito llegó a considerar que el fuego era un medio de purificación, pues todo llegaría a ser juzgado de esa manera.
Filósofo griego que fue maestro de Pericles y muy probablemente de Sócrates, al igual que los materialistas pensó que el mundo está formado por partículas indivisibles. Dichas partículas son de orden espiritual y se rigen por el espíritu o Nous. Para él, el mundo está compuesto por los cuatro elementos (fuego, aire, agua y tierra), cuyas relaciones de unión se rigen por el amor, de ello surge la vida, pero cuando este amor no prospera, surge el odio que divide, destruye y provoca la muerte y la ruina. La leyenda cuenta que murió arrojándose al cráter del Etna.
Filósofo griego iniciador de la tradición filosófica ateniense y quien consideró a la inteligencia humana como el principio de todo el Universo. Él negó la existencia de los cuatro elementos, afirmó que existen millones de elementos a los que denominó: homeomerías, las cuales se definen como “Corpúsculos idénticos en consistencia, generados y destruidos únicamente en el sentido de la agregación o de la separación, dicho en otros términos, ni nacen ni perecen sino que persisten eternamente”.
Uno de los rasgos que comparten las culturas antiguas es su religiosidad politeísta, la cual se manifiesta en dotar de vida y espíritu todos las manifestaciones de la naturaleza, imputando a fenómenos naturales como la lluvia, el viento o el Sol, atributos de un dios, que en casi todos los casos es caprichoso, pero que en la cultura griega es el reflejo de la humanidad, ese mundo que los griegos comenzaron a querer explicar es motivo del poema “Teogonía” o “Génesis de los dioses”, escrito por Hesíodo De Hesíodo destacan dos obras: Los trabajos y los días. En la que expone un problema entre Hesíodo y su hermano por la posesión de las tierras que dejó su padre como herencia, por ello expone: “Atiende a la justicia y olvida la violencia...”, con lo que dice que la justicia no debe confundirse con el derecho que puede dar la fuerza, pues debe atenderse la razón. Teogonía. En una poesía metafísica ofrece una explicación del origen del mundo en la que afirma: “antes que todas las cosas fue el caos”, implica con ello que la posibilidad precede a la realidad, que lo deforme da paso a la forma. Esta descripción del origen del mundo es plenamente poética, su valor radica en ser un intento por explicar de alguna forma una pregunta universal. Al trabajo de Hesíodo siguen los planteamientos de Anaximandro y Pitágoras, cada uno de ellos planteó su propia solución al origen del mundo.
Filósofo de Mileto, quien trató de explicar el origen del Universo, qué lo había originado, su causa y principio único. La respuesta, por primera vez, obedece a un principio lógico, en el que niega que los cuatro elementos (fuego, tierra, aire, agua) le hayan dado origen, en cambio propone que el verdadero origen se encuentra en el Ápeiron, esta palabra significa lo indefinido y lo informe, aunque también es definido por Anaximandro como la sustancia donde se originan y vuelven todas las cosas. Para algunos historiadores, esta idea ya la había manifestado Hesíodo, cuando explicó que del caos surgió el mundo.
Sobre la vida de Pitágoras se conocen múltiples leyendas, pero lo que con certeza se sabe es que en su escuela la aritmética y las matemáticas encontraron sus bases para convertirse en ciencias abstractas.
La explicación que ofrece del origen del mundo se liga a su formación matemática, pues afirma que “el mundo está hecho de números”, en todo caso una previsión impresionante, ya que la física moderna mide los fenómenos naturales. Como consecuencia de esta visión pitagórica para explicar el mundo, se desprende que los pitagóricos unieran el número,el ritmo y la armonía.
La noción del ritmo
Para hablar del ritmo basta con poner atención a disciplinas artísticas como la música o la danza, en cualquier ejecución musical, independientemente del instrumento que se trate, existe una relación directa entre el movimiento y las interrupciones que hace el ejecutante, además de la fuerza que le imprima al momento de tocar. De esta relación surge el agrado o la molestia que el sonido nos produce al llegar a nuestro cerebro y ser interpretado.
Arquíloco de Paros es un filósofo que lo expresó con belleza: “El ritmo es lo que impone firmeza y límites al movimiento, es tensión del alma frente al mundo, es contemplación reflexiva, tensión o amanecer espiritual”. Cada actividad artística es un ejemplo de ritmo, cuando la percibimos disfrutamos profundamente de la obra, el placer estético tiene su fundamento en el ritmo que el artista empleó en su creación.
Filósofo griego de la escuela eleática, en su interpretación del ser le proporciona una serie de atributos demostrables. Esta forma de razonamiento es el primer método lógico conocido en la historia de la filosofía de Occidente. Al igual que Heráclito, Parménides buscó llegar a la verdad.
Iniciar el tema para clarificar qué es el ser, requiere definir su concepto:
Es la idea o realidad más general de todas.
Es lo que la lógica no puede definir.
Es el objeto de estudio de la ontología.
El ser es lo que se opone al devenir.
Es la inmovilidad frente al cambio.
En la filosofía cristiana, el ser equivale a Dios.
Parménides consideró que el ser era: único, presente, indivisible, imperecedero, homogéneo, limitado, inmóvil y permanente en sí mismo, para demostrarlo escribió textos como: Sobre la naturaleza, donde afirma que “el ser es uno, continuo y eterno”.
Saber quién fue Sócrates resulta complicado, pues las referencias que se tienen de este filósofo fueron escritas por sus contemporáneos, ya que él no escribió nada. La interpretación que se hace de él es a partir de sus contemporáneos Aristófanes, Jenofonte y Platón. Aristófanes se burló de él; Jenofonte lo calificó como un moralista simplón, pero para Platón, en su carácter de discípulo, fue una gran influencia y lo coloca como personaje principal en sus Diálogos. Sócrates fue hijo de una partera, por lo que se denominó partero de almas, al proponer el método de la mayéutica. Sócrates afirma que si una persona debe aprender algo, sólo lo podrá lograr si parte de sí, por ello Sócrates coloca como eje de su filosofía la frase “conócete a ti mismo”, misma que aparece inscrita en el oráculo de Delfos.
Mayéutica
La mayéutica se define como el primer método para filosofar, que consiste en hacer una serie de preguntas que el interlocutor debe responder. En este método se sigue un procedimiento eminentemente dialogado, con el que se conduce a los interlocutores al descubrimiento de la verdad, confrontando sus opiniones y con una crítica interrogante que lleva a los interlocutores a descubrir el conocimiento de lo que se les ha cuestionado. Un ejemplo del método coloca a un hombre ignorante frente a Sócrates, el filósofo le plantea un problema matemático y mediante una serie de preguntas sobre el problema, el ignorante logra solucionarlo. Para Sócrates, este resultado se obtuvo gracias a que, al igual que todos los hombres, el ignorante posee ideas, con las que pudo aclarar el problema, debido a la conducción del filósofo. Como buen educador, Sócrates entablaba con los sofistas —o con sus jóvenes alumnos—, discusiones sobre temas como la virtud, con la mayéutica los conducía hasta mostrarles las contradicciones que su pensamiento poseía, entonces para Sócrates, ante la exposición de su ignorancia, sólo queda que sus ideas se replanteen haciendo nuevas hipótesis. Una vez que las nuevas hipótesis se establecen, Sócrates procede a comprobarlas, pues para él, el camino de filósofo es educar, con ello le da vida a la filosofía.
Para Sócrates expresar una hipótesis implica la facultad de pensar, la razón conduce al hombre a conceptuar, lo que se define como el reunir, hacer una síntesis mental de lo más esencial que hay en las cosas; al obtener lo esencial se abstraen los elementos imprescindibles del objeto y se elabora su concepto. El concepto es una idea universal, una simplificación o síntesis mental del conjunto de determinaciones esenciales, necesarias, para que una cosa sea tal cosa.
Jenofonte calificó a Sócrates como un moralista simplón, pero con mayor profundidad Aristóteles resumió la moral socrática en:
La virtud es lo mismo que el conocimiento.
El vicio es ignorancia.
Nadie hace el mal voluntariamente.
Sócrates defendía la virtud que conducía al hombre hacia el bien, mientras que para los sofistas era lo contrario, pues consideraban que la virtud se sometía a actitudes prácticas como el placer; este pensamiento opuesto, llevó al propio Sócrates a la muerte. Acusado por Melito y Agatón, de corromper a la juventud con sus enseñanzas y de negar la existencia de los dioses que el politeísmo griego defendía, fue juzgado; él se defendió argumentado razones, negó los cargos, pero fue condenado a muerte, más tarde, en prisión, se negó a huir, “un hombre no huye de su historia”, respondió para no caer en contradicción con la filosofía que toda su vida había defendido.
Su verdadero nombre fue Aristocles, Platón es su sobrenombre, que pasó a la historia con él. Perteneció a una familia aristocrática, por la línea paterna estaba emparentado con el último rey de Atenas, mientras que por la línea materna, con Solón. Su admiración por el gobierno oligárquico terminó cuando su maestro Sócrates fue ejecutado. A la muerte de Sócrates, Platón abandona Atenas y viaja a Egipto y Sicilia para desempeñarse como político e investigador. A su regreso hacia el año 387 funda La Academia, que sería la primera universidad del mundo, donde había estudios sobre la justicia, la medida, las matemáticas y virtud. Durante la etapa de su vida madura escribió algunos de sus famosos diálogos. Después de viajar a Siracusa –invitado por su alumno Dión– regresó a Atenas debido a que la ciudad era gobernada por un tirano y retomó sus clases en la Academia y continuó enseñando filosofía.
¿Qué es el amor para Platón?
Para hablar del pensamiento de Platón basta leer el texto El Banquete, en el que aborda el tema del amor, en el que define que quien ama empieza por carecer de lo que ama, haciendo del amor un proceso de carencia y complemento. Con esta forma de interpretar al amor se explica la dialéctica que se inicia como una carencia de saber, para después realizarse como sabiduría.
Para Platón el amor se inicia con un acto contemplativo, en el que el amante, al ver a su objeto amado, no se aproxima, pero tampoco huye, nunca llega a conocerlo, pues saber que existe es suficiente para llegar al amor perfecto. “El amor platónico es contemplación reflexiva previa a toda reflexión intelectual”, que presenta dos lados, por una parte existe el amor “celeste”, de carácter espiritual, que alimenta el alma; por el otro, está el amor popular o vulgar, el cual no perdura. El experimentar este sentimiento produce, casi en todas las personas, los mismos efectos, la contemplación del ser amado que se aproxima, el quedar paralizado por la fascinación que le produce es garantía de que se experimenta un verdadero amor platónico.
Cuando abordamos a Sócrates explicamos que para los griegos lo bueno y lo bello son términos inseparables, dada la concepción que tienen del mundo; en el caso de Platón, estos principios inseparables están ligados al amor, pues lo concibe como una creación, donde la “la belleza eterna es increada e imperceptible, exenta de aumento y de disminución.
El hombre, a diferencia de los animales, posee la capacidad de “saber ver y contemplar el mundo” que le rodea, el potencial cognoscitivo innato en el hombre fue distinguido por Platón en uno de sus diálogos, pero el término hombre, que tan acostumbrados estamos a escuchar, posee una raíz etimológica latina (homo), para los griegos proviene del término anthropos:
“Este anthropos significa que los demás animales ven las cosas sin examinarlas ni dar razón de ellas ni contemplarlas; mientras que cuando el hombre ha visto una cosa, lo cual también se expresa con la palabra, opone, contempla y se da razón de ella”.
Platón
En la explicación que Platón sostiene para argumentar qué son las ideas, primero se debe entender que las ideas son términos que definen a las cosas. Una idea, en términos platónicos, hace referencia a algo no visto, más allá del aspecto externo, es una búsqueda que rebasa la apariencia de las cosas. Bajo esta interpretación, las ideas no cambian ni admiten variación por lo que son seres con existencia propia, independiente de nuestro mundo. Por tanto, una idea es la esencia de las cosas a las que hace referencia. Como ejemplo se debe pensar que en el mundo, todo lo existente se modifica, a cada instante, es un proceso de cambio permanente. Una naranja, antes de llegar a ese estado fue flor, antes de ser flor, fue árbol y antes de ser árbol fue semilla. Ser naranja es su apariencia, ser semilla es su esencia. Todo en el mundo deviene (tránsito entre los opuestos; para Platón, el mundo sensible se opone al mundo del ser).
Para entender el esquema, hay que partir de la premisa básica: Platón consideró que el mundo, en su devenir permanente, era interpretado por el hombre con dos posibilidades, la más común es el mundo sensible; a este mundo corresponden los cinco sentidos con los que, de manera primaria, se percibe todo lo que rodea al hombre, con estos sentidos se capta la apariencia que posee el Ser. La segunda es la episteme y la noesis; puesto que lo más importante permanece oculto para los sentidos, es necesario explorar el mundo de las ideas, formado de cosas verdaderas, por modelos, por eídos, como las llamó Platón. Con esta explicación Platón da cuenta de las discordancias existentes entre las teorías de Parménides y Heráclito.
Platón une el atributo que Parménides otorgó al ser, la inmovilidad, con el ser de Heráclito, la transformación, y así explica que cada cosa presente dos caras, por un lado, el cambio, que se modifica en su carácter de evolución y transformación permanente, y por otra, el lado de las cosas que es permanente, que siempre está ahí y que sólo se ve con la inteligencia. En la teoría de las ideas que propone Platón, se identifica su deseo por resaltar las virtudes humanas, la finalidad de jerarquizar las ideas está en alcanzar el saber de perfección suprema, recorriendo una serie de niveles ascendentes.
Destaca de estos grados del saber su orientación hacia las virtudes humanas (axios), en la actualidad se reconocen como virtudes los valores humanos, lo cual remite a Platón y al problema ontológico del estudio del Ser.
Alumno de Platón en La Academia, desde pequeño demostró su interés por el estudio de las ciencias naturales, fue maestro de Alejandro Magno en el año 335 a.C., con el tiempo fundó su propia escuela, a la que llamó El Liceo, considerada la segunda gran escuela del mundo occidental, a esta escuela también se le conoce como peripatética o paseante, porque Aristóteles enseñaba filosofía a los alumnos, mientras caminaba con ellos por los jardines. La obra de Aristóteles es muy distinta a la de su maestro, porque sus trabajos fueron estructurados con un enfoque enciclopédico, haciendo de ellos, tratados. Aristóteles es el verdadero fundador de la lógica.
Todos los hombres tienden por naturaleza a conocer
Aristóteles
Aristóteles plantea con esta frase que el conocer es parte esencial de la condición humana, pero conocer implica la posesión de ideas claras y precisas, por lo que es indispensable definir y clasificar los conceptos que se poseen. Aristóteles propone como una aportación a la lógica su tabla con la que logra definir una teoría de la verdad, lo que nunca llegó a precisar Platón. Al igual que Platón, su alumno Aristóteles propuso una jerarquía de los grados del saber, la cual se muestra a continuación:
Al observar el cuadro comparativo de los grados del saber de Platón y Aristóteles, llama la atención que entre alumno y maestro existan profundas diferencias, entre las que destacan:
Para Platón, el hombre vive en dos mundos que se encuentran separados (sensible e inteligible), mientras que para Aristóteles sólo hay una realidad que armoniza entre lo sensible y lo inteligible.
Para Aristóteles el saber que se obtiene de la filosofía debe estar bien fundado en la contemplación reflexiva, en la episteme, por lo que no puede separarse de la dianoia (razonamiento discursivo).
Al postular la dialéctica, Aristóteles propone un nuevo método, que permite seguir filosofando, pero que conduce a la lógica.
Aristóteles difiere profundamente con su maestro en la concepción del ser, mientras Platón formula la teoría de las ideas como la explicación del ser. Para Aristóteles lo primordial es el estudio físico, el análisis concreto de las cosas, la concepción objetiva de la naturaleza, de hecho Aristóteles se propone demostrar que el mundo de las ideas no existe.
Aristóteles está convencido de que el ser se hace inteligible a través de las cosas o seres sensibles, porque los sentidos permiten a la inteligencia interpretar la realidad.
Así el ser se concibe como algo que se hace presente en las cosas, en los entes, a través de la inteligencia por medio de los sentidos
Tratado del cielo
De la generación y de la destrucción
Tratado de la física
Metafísica
La ética a Nicómaco
La ética a Eudemo
La política La retórica
La poética
El protético
Aristóteles consideró que el ser se hace presente en categorías (la palabra viene del griego ategoría que significa predicar) los géneros que corresponden al modo del conocer:
Sustancia. Las cosas, los entes, tienen una sustancia, porque son, por ejemplo, al observar que una planta está creciendo y surgen de ella nuevas hojas, lo que se observa es el ser que se manifiesta frente a la inteligencia.
Cantidad. Al decir que las hojas de la planta son grandes o pequeñas, o al determinar el número de hojas nuevas, se manifiesta la cantidad del ser que registra la inteligencia.
Cualidad. Una cualidad es una característica identificable en el ente, las hojas de la planta pueden ser verdes, duras, saludables, etcétera.
Relación. Al comparar, establecer vínculos o diferencias, se determina la relación que guardan las cosas entre sí, por ejemplo, las hojas son tan verdes como ranas; las hojas son menos atractivas que las flores.
Lugar. El Ser se manifiesta en un sitio determinado, por ejemplo: las hojas están debajo de las flores.
Tiempo. Cuando se considera el momento en que las cosas se manifiestan, ejemplo de ello es: las hojas brotaron ayer.
Acción. Se hace referencia al modo de la acción que el ente realiza, por ejemplo: las hojas embellecen la planta.
Pasión. Es lo que el ente padece, ejemplo: las hojas van a secarse, las hojas van a morir.
Posición. Es la posición que el ser toma, por ejemplo: las hojas están erguidas.
Estado. El estado del ser se manifiesta como: las hojas están marchitándose.
La esencia. Por esencia se entiende el conjunto de determinaciones necesarias para que una cosa sea tal cosa, es decir, la esencia es la suma de elementos necesarios que integran un ente. En el caso de la hoja para serlo debe poseer, textura, color, forma, etcétera.
Los accidentes. Se denomina como accidente aquello que no existe por sí, sino por otra cosa, por ejemplo, el color de una flor es un accidente, su aroma es un accidente, etcétera.
La materia. Aristóteles concibe como materia aquello de lo que están hechas las cosas.
La forma. Para Aristóteles la forma tiene dos significados, la primera es la apariencia externa de las cosas (forma como límite), la segunda, en el sentido teleológico, es la que concibe a las cosas para lo cual están hechas. Ejemplo de esta dualidad es considerar la utilidad de una pluma, que fue hecha para escribir.
El acto, la potencia y las cuatro causas. Para entender la relación entre potencia, acto y causa, considera que en una semilla de manzana (acto) está implícita la posibilidad de que dicha semilla sea, con cuidados y tiempo (potencia), un árbol que dé frutos con semillas semejantes (acto) a las que le dieron origen, en cada semilla existe la capacidad de modificarse (potencia); cuando dicha posibilidad se concreta se ha logrado desarrollar la posibilidad que estaba contenida en la semilla (acto).
Para explicar el porqué del cambio en esa semilla, en términos Aristotélicos se debe pensar en la teoría de las cuatro causas, pero primero veamos qué se entiende por causa.
La causa se entiende en dos sentidos, por una parte es la posibilidad de que un ente provoque el movimiento de otro ente, por ejemplo, el movimiento del pie provoca que el balón salga disparado por el campo. La segunda interpretación indica que alguna cosa o idea es “la razón de ser”, de alguna cosa o idea. Interpretado por Aristóteles, la causa es la condición y posibilidad de ser.
Considera por un momento que es necesario para tu comodidad un sillón, y deseas construirlo, lo primero que debes hacer es saber cuáles son los materiales que necesitas para su construcción (madera, telas, martillo, tijeras, pegamento, escuadras, sierras, etc.), una vez clarificadas tus necesidades, los materiales por sí solos no son suficientes para que el sillón se construya, entonces se hace necesario un trabajador que sepa y esté dispuesto a fabricarlo. Estos dos elementos son muy importantes, pero en esta etapa de la fabricación se debe hacer un plan general para que la idea original no se pierda o se desvirtúe. Pero aún con estos tres elementos, no se garantiza la fabricación del sillón inicial, en virtud de ello, es indispensable un plan específico que haga cómodo al sillón.
Después de la explicación anterior, se pueden identificar cuatro momentos para llegar al sillón y poderlo utilizar para los fines imaginados, éstos son:
Primera causa material: es de lo que están hechas las cosas como la madera, telas, martillo, tijeras, pegamento, escuadras, sierras, etcétera.
Segunda causa eficiente: es lo que concurre a la hechura de las cosas, por ejemplo un trabajador.
Tercera causa formal: es la idea o esencia entrañada previamente en las cosas, por ejemplo: la esencia del sillón, también llamado plan general.
Cuarta causa final: es aquello para lo que están hechas las cosas, por ejemplo el plan específico para hacerlo cómodo.